16 junio 2007

No sé si me gusta, Compañero...

Me causa cierto rechazo el manoseo vulgar del que es víctima la palabra compañero. Como si fuera la única forma de llegar al otro cuando se habla en clave socialista revolucionaria. Como si tuviera cierto poder místico analógico, a la manera del simbolismo francés, entre personas distintas. Como si fuera la señal fática que se require para entablar cualquier tipo de conversación de pensamiento de izquierda. Es mas, como si fuera la única manera de emitir un juicio válido en mi ámbito universitario que sea de relevancia para la colectividad.

En verdad añoro la palabra compañero en lo escolar. Añoro la palabra compañero en la pareja. Añoro la palabra compañero en la familia, que es donde menos se da. La añoro a veces sin ninguna carga histórica, para que pueda ser lo que quiera. Me dan ganas de gritarle: "¡sea libre, compañera!", y se me aparecen todan las voces impresas en ella, la de Allende, la UP, y los tantos amigos mios que la hacen suya.

Perra vida la de la prostitución, y no tiene más que aguantar.

1 comentario:

Milay dijo...
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