Primer intento. Sí, a veces malo a veces bueno, pero que se le va a hacer... si uno no es Dios pa' tener la palabra perfecta. Primer aviso: Dios y la internet jugando a la gallina ciega.
Corro hasta mi casa para escribir rápidamente lo que frágilmente uno guarda y que sabe que se le escapa de un momento a otro. Me siento frente a la pantalla aún con algo en mente, pero ya más difuso, más atolondrado. Escribo. Más bien ahora transcribo, por que nada queda de la idea. La pura impresión me parece.
Pero bueno, qué se le va a hacer, total, uno no es Dios pa' tener la palabra perfecta en el momento preciso.
Me acuerdo de los ciclos del horóscopo chino y me invento que hoy empieza el año del ratón. Total, yo soy Dios aquí. Escribo un par de huevadas y me acuesto, aún pensando en eso que quería escribir y que transmutó en otra cosa sin control alguno.
Yo creo que igual va a resultar. Total, nadie tiene la palabra perfecta. Que yo conosca, por lo menos.
Algo me acuerdo, pero que más da.
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