El preciso imaginario está vivo
No se me culpe por decir siempre la verdad
Porque ese era el deseo del padre
En la sangre del hijo el ancestro
Gritando el imperio de los sin boca
No se me mate por tratar de decifrarlo
El mundo como es no sería nuestro
Habría extraviado el rumbo cuando el cosmos
Juntaba fuerzas para rebelarse
Para contagiar su expansión
De sueños creadores y de verbos incendiarios
Y yo traté de decirselos
Y ustedes no entendieron
El tiempo era un suspiro en medio de los gritos
La tuerca un ademán para sabernos constantes
Ingenuos obreros de vista fija
Ustedes no entendieron
Porque la vida se dió cuenta
Y no la escucharon por más que
Se mordió la garganta
Para el dolor
Su gente
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