02 diciembre 2007

Necrópolis

Un río de gentes murmurantes
Ciclo inmenso en mis aletas de insecto
Marca lo cercano con su polvo
Que adormece y encausa las andanzas

Vuelo lejos en busca de un silencio
Y las manos del concreto no me sueltan
Aparecen las ciudades
O las gentes las invocan

Son rostros palabras y recuerdos
Una barca que navega entre los cuerpos
Amputada del arrullo de las almas
Mataría los sentidos si pudiera

Ojos para muertes día a día
Boca para soplos siempre en vela
Oído para llantos cadenciosos
Narices entre flores siempre secas

Desde el suelo la mano me aprisiona
Profunda grieta abierta bajo el piso
Me concede un instante de descanso
En el fuego que acalla toda gente

En el fondo hay una joya que no alcanzo
Y aparece ante lo mío la certeza
Mi mente no concibe latitudes
Que reposen su valor en lo distante

Regreso en mis aletas de insecto
Ahogo mis deseos en el río
Me ausento cuando avanza la barca

Hacia el cielo registro la mirada

2 comentarios:

A.F. dijo...

concuerdo...
la masa es una manga de zombises

Leonardo Murillo dijo...

me gustó, pero creo que me hubiera gustado con más fuerza, más ritmo rokhiano